La terapia online suele traer aparejada una cuestión que ha sido debatida por muchos profesionales de la salud: la privacidad.
Empecemos por la terminología básica. La privacidad en cuestión de psicoterapia está garantizada por el secreto profesional. ¿Cómo se define? Se conoce como secreto profesional a aquella obligación moral y legal que tienen los/las terapeutas, y otros profesionales, de ser confidenciales en cuanto a la información que otorgan sus pacientes (existen excepciones, pero no es el objetivo del presente texto definirlas).
Cuando un/a paciente se encuentra en el consultorio físico con su terapeuta, siente la seguridad de que todo lo que se hablarán entre esas paredes quedará resguardado a través del secreto profesional. Pero, ¿Qué suceden en los espacios virtuales? ¿Cómo un/a profesional se asegura de resguardar la privacidad de su paciente?
Lo primero que debemos resaltar es que es necesario que la sesión online transcurra en un medio digital confiable, es decir, que las aplicaciones que se utilicen (tanto para la videollamada, llamada, mensajería, etc.) cumplan con ciertos requisitos de seguridad que garanticen la protección de la información. Esto quiere decir que las aplicaciones con buenos niveles de seguridad evitan que terceros puedan acceder a los datos del paciente, ingresar a la sesión, grabar la sesión, etc. Para aportar mayor seguridad, quienes desarrollan las aplicaciones, les incluyen elementos de cifrado de datos donde se convierten los datos legibles en datos codificados.
En cuanto al marco legal que respalda el derecho de los pacientes a que su información sea protegida, resaltamos que en el año 2000 fue sancionada en Argentina la Ley 25.326. La misma exige la protección integral de los datos personales (que hacen a la identificación de una persona), de los datos sensibles (relacionados con la intimidad de la persona como etnia, raza, orientación política, orientación sexual, creencias personales, etc.), entre otros datos. Además, la Federación de Psicólogos de la República Argentina indica, dentro de su código de ética, que “los psicólogos tienen el deber de guardar secreto asegurando así la confidencialidad de todo conocimiento obtenido en el ejercicio de la profesión”. Cada país tendrá sus propias leyes y códigos, pero todos con el mismo denominador común: proteger la intimidad de las personas.
Los profesionales de la salud no tienen el permiso de grabar las sesiones en línea (ni presenciales) sin la autorización del paciente. Se recomienda, además, la presentación del correspondiente consentimiento informado en caso de que paciente y terapeuta acuerden grabar la sesión.
Los pacientes también deben tomar ciertos recaudos. Si utilizan mails para contactarse con su terapeuta, es necesario que sea a través de un correo electrónico personal (asegurarse de no utilizar correos laborales) y que su contraseña sea segura (evitar palabras y números simples, como por ejemplo ABC123). Si utiliza una computadora a la cual acceden muchas personas, recuerde cerrar su sesión de correo electrónico. Si el paciente no posee computadora personal, evite acceder a cibercafés o computadoras de acceso público.
Si el/la paciente utiliza aplicaciones de videollamada para sus sesiones online, le recomendamos que su contraseña de Wi-Fi sea segura, con números y letras distribuidas aleatoriamente. Además, es aconsejable que realice sus sesiones en un lugar tranquilo, donde se sienta libre de dialogar y expresar sus emociones sin temer que lo escuchan. Si usted no posee un espacio en su hogar donde estar aislado, puede utilizar auriculares.
La terapia online, cuando es ejercida por profesionales idóneos y responsables, es tan segura como la terapia presencial. Usted como paciente tiene el derecho a preguntarle a su terapeuta cuáles son los parámetros de seguridad en la terapia online que realiza o realizará.
Autor: Lic. Simil Debbie
Perfil Público